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EL PUEBLO DE PANDORADO |
Situado en un alto, Pandorado ha sido desde sus orígenes un lugar de paso. El pueblo nació a partir de la construcción del Santuario de Pandorado, donde cada 15 de Agosto, centenares de personas acuden a rendir culto a La Virgen Nuestra Señora de Pandorado. Sin olvidar tampoco que en este enclave también se encuentra el paraje conocido como Campodiós, del que parte hacia tierras extremeñas La Cañada Real de la Plata o de La Vizana, usada por ganaderos transhumantes desde hace para conducir sus ganados a los puertos de la montaña leonesa e incluso más lejos, pasando por este lugar. Al pie de La Cañada Real, el Santuario de Pandorado sirvió hasta la reorganización de la diócesis como divisor de los enclaves pertenecientes a las de Oviedo y Astorga.
Pandorado se ha convertido en un destino turístico por excelencia, gracias al buen hacer de los establecimientos hosteleros de la zona. Y es que, con sólo 14 habitantes el visitante se encuentra aquí inmerso en una naturaleza inalterable y con unas comunicaciones excepcionales que permiten llegar en menos de una hora a León, Oviedo o Ponferrada.
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EL SANTUARIO DE PANDORADO |
LA LEYENDA
Como en toda ermita de devoción mariana, la tradición cuenta que un pastorcito de La Omañuela, encontró en Pandorado una imagen de la Virgen sobre una gran piedra y decidió llevarla hasta su pueblo para dejarla en la iglesia. Pero a la mañana siguiente, la imagen no estaba donde la había depositado, volviendo a encontrarla en la piedra de la primera aparición. Como el suceso se repitió varias veces, los vecinos decidieron construirle una capilla en el alto. Todavía hoy se conserva la piedra donde apareció la Virgen, y en la que el pastor había grabado una cruz. La piedra servía como delimitación entre los concejos de La Lomba, Omaña y Villamor de Riello.
LA FÁBRICA DEL SANTUARIO
El santuario actual es una construcción sencilla, del s. XIII. Muy sobria, alargada y de una sola nave, a la que precede un pórtico en su parte norte. En ella destaca su torre cuadrada que situada a los pies del edificio, muestra cierta desproporción en reelación a él, que podría explicarse por haber sido concebida como baluarte defensivo, ya que ofrece una amplia visión de sus contornos.
LA TALLA DE NUESTRA SEÑORA
En el Santuario se venera una pequeña talla románica de la Virgen con el niño en el regazo, de aproximadamente medio metro de altura, datada los siglos XIII y XIII.
EL CAMARÍN
La parte posterior del retablo ampliamente decorado permite acceder a la imagen de la Virgen. Mientras que un modesto reclinatorio sobre el antiguo suelo empedrado, invita a rememorar los tiempos en que Pandorado era visitado por los feligreses de todos los Concejos del entorno.
LA ROMERÍA
Otra leyenda de la zona cuenta como hace mucho tiempo, siendo ya el mes de abril, los trigos ni siquiera habían brotado en los campos. Situación ante la que, desperados, los ocho pueblos del Concejo de La Lomba hicieron la firme promesa de acudir todos los años al Santuario si Nuestra Señora los libraba de la pertinaz sequía que padecían. A los pocos días comenzó a llover y los campos germinaron adquiriendo un tono dorado, del que desde entonces tomó su nombre el Santuario: Pandorado.
Desde aquel momento y hasta finales del s. XIX, una persona de cada una de las casas de los ocho pueblos de La Lomba asistía a un Oficio solemne celebrado en honor de la Virgen.
Una tradición que actualmente tiene continuidad con las rogativas que se celebran en el mes de Mayo y la gran romería del 15 de Agosto, en la que se dan cita vecinos de toda la comarca. Cada pueblo acude con sus pendones y acompaña a la Virgen hasta Campodiós. Un acto tras el que se reparte pan (recordando así la hoy perdida costumbre de la caridad dominguera) y se llevan a cabo espectáculos de bailes regionales, juegos populares, corros de lucha leonesa, competiciones de bolos…Un completo programa festivo gracias al cual esta cita ha sido declarada Romería de Interés Provincial.
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